11 May Instalaciones para aprovechamiento de aguas pluviales y/o aguas grises.
Aguas pluviales y aguas grises, aguas potencialmente aprovechables
Se denominan aguas grises a las aguas procedentes principalmente de lavabos y lavamanos, duchas y bañeras. El bajo nivel de contaminación de este tipo de aguas, provoca que posteriormente a un tratamiento puedan volver a ser utilizadas en usos en los que no sea necesaria la potabilidad del agua, por ejemplo en aplicaciones como el llenado de cisternas de inodoro (WC), la limpieza de viales, el riego de determinadas zonas ajardinadas e incluso el lavado de vehículos.
Si tenemos en cuenta que en la descarga de un inodoro (WC) se emplea de media una cantidad en cada uso de la cisterna de 4,5 L (considerando los inodoros actuales con 6 litros en descarga completa y 3 L en media descarga), observaremos que la relación entre las aguas grises generadas en una vivienda y la demanda de agua para cisternas de inodoro (WC) a lo largo de un día es fácilmente optimizable como puede verse en la siguiente gràfica (la linea roja corresponde al agua generada y la línea gris a la demanda de aguas para las cisternas de los inodoros).
En porcentajes la distribución media del consumo de agua en una vivienda es la siguiente:
WC | Ducha | Higiene | Cocinar/beber | lavadora | Lavaplat | jardín | otros |
30% | 35% | 6% | 2% | 12% | 4% | 4% | 7% |
Otra de las fuentes alternativas de agua para el consumo es la que proviene de la recogida de pluviales en las cubiertas de los edificios. Esta técnica, aunque muy antigua, ha sido paulatinamente abandonada a medida que mejoraban los sistemas de suministro público, y que los requerimientos de calidad para consumo humano se hacían más estrictos. Sin embargo, en el panorama actual de escasez puede (y de hecho ya lo es en algunos países) convertirse en una posibilidad a tener en cuenta, dado que su coste inicial es cero, y que se trata de aguas muy limpias, aptas para cualquier uso mediante un mínimo tratamiento.
El agua de lluvia recogida, filtrada y almacenada de forma adecuada, representa una fuente alternativa de agua de buena calidad que permite sustituir el agua de consumo en ocasiones y de esta forma se contribuye también al ahorro de este recurso.
La importancia de dichos recursos no convencionales se acentúa aún más si cabe, si se tienen en cuenta las consecuencias del cambio climático y la adaptación a éste, que constituye uno de los mayores retos de la sociedad a escala global.
Aprovechamiento de aguas pluviales y reciclaje de aguas grises
En este sentido, el aprovechamiento de las aguas pluviales y el reciclaje de las aguas grises, ocuparán un lugar destacado en la gestión del ciclo integral del agua a corto plazo tal y como se demuestra en los países avanzados que plantean de forma seria el impacto económico y ambiental del recurso agua.
Por separado o conjuntamente, estas tecnologías son capaces de reducir la demanda de agua potable, en porcentajes que en ocasiones supera el 50% de las necesidades.
Equipos centralizados más habituales para el tratamiento de las aguas grises
La carga contaminante que acostumbran a contener las aguas grises de origen, desde los aparatos sanitarios citados, está formada principalmente por pelos y cabellos, escamas de piel, hilos y trazas de tejido y/o espumas de jabones y champús entre otros, por lo que la regeneración de estas aguas es relativamente sencilla y económica. En general, la cantidad de virus y bacterias como Coliformes totales o Escherichia Coli suele ser bajo, por lo que el tratamiento con las tecnologías actuales permite discriminar con suficientes garantías todo este tipo de microorganismos.
Por ello, estas instalaciones son equipamientos que deben ser previstos de origen en edificios con una fuerte demanda de agua, como el caso de polideportivos e incluso viables en inmuebles de ámbito residencial, como edificios de viviendas.
Para el caso de edificios plurifamiliares se suelen utilizar equipos de recogida y tratamiento instalados de forma centralizada y ubicados en zonas comunes del inmueble, que mediante diferentes procesos agrupan las aguas grises vertidas desde los aparatos sanitarios correspondientes, aplicando un tratamiento e impulsando nuevamente las aguas grises ya tratadas a los puntos de consumo autorizados (cisternas de WC, grifos de riego…).
Los equipos centralizados para el tratamiento de las aguas grises son principalmente:
- Equipos centralizados con tratamiento físico-biológico (mediante membranas de ultrafiltración – Equipos MBR.
- Equipos centralizados con tratamiento físico-químico.
- Equipos centralizados con tratamientos mixtos.
Equipos con tratamiento físico y biológico
Una de las tecnologías que en los últimos años se está mostrando más efectiva es la utilización de equipos con tratamiento físico-biológico mediante biorreactores de membranas, consistentes en hacer pasar las aguas grises de origen, una vez filtradas, a través de unos módulos de membranas de ultrafiltración, también llamados biorreactores de membrana.
Este tipo de equipos permiten discriminar el paso de micropartículas y hasta de bacterias y virus, así como compuestos orgánicos de elevado peso molecular. Normalmente se trata de equipos que situados en una sala técnica en planta baja o sótano, están formados por dos o más depósitos. En el primero se vierten las aguas grises de origen, donde después de atravesar un filtro de gruesos y mediante un sistema de aireación por ciclos (mediante sopladores) se provoca que el agua atraviese los módulos de membranas de ultrafiltración, pasando posteriormente a otro/s depósito/s desde donde se impulsan las aguas una vez tratadas en los anteriores hasta los puntos de uso anteriormente citados.
Figura 2. Equipos de reutilización de aguas grises con tratamiento por membranas- MBR.
Equipos con tratamiento físico químico
Estos equipos combinan una primera fase de tratamiento de filtración de gruesos (tratamiento físico) y una aireación mediante sopladores, con un tratamiento posterior de carácter químico, mediante la dosificación de coagulantes y floculantes y una segunda fase de desinfección, mediante la dosificación de hipoclorito.
Este tratamiento requiere un mayor control y un mayor cuidado por la manipulación de sustancias químicas por parte de las personas responsables del mantenimiento, independientemente a unos mayores costes por reposición de consumible. El coste de los equipos, de entrada, puede ser más económico pero la experiencia en muchas instalaciones es que acaba generando más inconvenientes que ventajas en comparación con los equipos con tecnología MBR.
Figura 3 – Equipo de reutilización de aguas grises con tratamiento físico-químico
Equipos centralizados con tratamientos mixtos
En estos equipos se efectúa una primera fase de filtración física mediante filtro de gruesos en combinación con una aireación programada de las aguas grises de origen, posteriormente el agua atraviesa varios módulos de membranas. En una tercera fase y habitualmente en otro depósito independiente se provoca una dosificación de hipoclorito, para garantizar una desinfección total del agua contenida en el mismo. Supone incrementar la seguridad sanitaria de las aguas grises tratadas pero también supone incrementar los costes de mantenimiento de los equipos.
Del mismo modo, pueden complementarse los tratamientos citados mediante lámparas UV y/o dosificadores de ozono, como tratamiento final o terciario.
Normativa europea sobre sistemas de recuperación de agua no potable
Por primera vez, en mayo de 2008 se inició el desarrollo de normas sobre esta tématica, con el grupo de trabajo CEN/TC 165/WG 50 ‘Re-use of water, donde incorporaría los términos; standards for use of rainwater and greywater.’
A inicios del 2018 este GW del CEN acabó la redacción de la Norma EN 16941-1:2018, ‘On-site non-potable water systems – Part 1: Systems for the use of rainwater’. Y está desarrollando su segunda parte: prEN 16941-2, ‘On-site non-potable water systems – Part 2: Systems for the use of treated greywater’.
En julio de 2018, se hace pública la aprobación de la Norma EN 16941-1 en tres versiones oficiales (alemán, francés e inglés) y en marzo de 2019 los miembros del Comité Europeo de Normalización (CEN) publican de manera íntegra la versión oficial en español de la Norma Europea UNE -EN 16941-1:2018.
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