Un descalcificador ofrece la solución más idónea y versátil para la descalcificación del agua. En cosas tan cotidianas como el aseo personal, el agua descalcificada deja la piel y el cabello mucho más tersos, suaves e hidratados y permite afeitados sin incómodas irritaciones. El agua descalcificada facilita la limpieza general del hogar, reduce el tiempo empleado y destaca el brillo de la grifería, sanitarios, vajillas y cristalerías.